sábado, 30 de julio de 2011

A propósito de perroflauta


La primera vez que tropecé con esta palabra apenas le presté atención. Es una de esas creaciones que utilizamos de vez en cuando en nuestras conversaciones para impresionar, pensé. Claro que hay palabras inventadas realmente ingeniosas y que  , como mínimo, te hacen sonreír; pero en este caso más que una sonrisa me arrancó una mueca de desagrado. Estéticamente me pareció poco afortunada y, aún sin saber su significado , la ignoré. 
Como en aquellos relatos donde el argumento se precipita de improviso a causa de un hecho ínfimo, Perroflauta cobró un protagonismo inusitado.Sucedió que empecé a escucharla y leerla con frecuencia. En singular o plural, salía de boca de conductor@s de programas, tertulian@s, radioyentes o telespectador@s interactiv@s. Se prodigaba en foros variopintos dando a entender que estaba adquiriendo el estatus de término de uso cotidiano con un significado comúnmente aceptado. 
Tal significado se dilucidaba a golpe de encuentro, o al menos eso era lo que pensaba en un principio. Con el tiempo su contenido ha ido asemejándose a una masa madre que adquiere forma y sabor a gusto del usuario. Eso sí, con un ingrediente que parece venir de fábrica, el tono o carácter despectivo. Entonces supe que aquella primitiva mueca de desagrado, aún siendo intuitiva, era acertada.
Perroflauta perdió aquella banalidad inicial manifestándose como lo que es, la expresión de inquinas , tensiones y conflictos que se entretejen en la sociedad actual.
En su acepción más dañina alude a aquellas personas desaliñadas y con un comportamiento considerado asocial debido a: 
1.           vagancia, descaro, caradura, ideales desfasados, irresponsabiilidad
2.           falta de luces, estupidez, desconocimiento, incapacidad para progresar, fracaso

Desaliño + vagancia/pocas luces =  deshecho de la sociedad. Un insulto en toda regla, más aún, la puerta abierta hacia ¿qué?.Yo diría que hacia nada bueno.
Este diccionario perroflauta-español asocia el término al movimiento de los indignados. Como otros tantos, su autor ha pasado del individuo al  colectivo, un colectivo que nadie ignora por su magnitud y cuyo contenido socio-político sigue de cerca la comunidad internacional. Desprestigiar y menospreciar a colectivos no es anda nuevo, todos lo sabemos. Esclavos, plebeyos, siervos, pueblo llano, proletarios, vagos , maleantes, negros, judíos, extranjeros...... aún después del triunfo de los principios de igualdad y libertad , aún después del reconocimiento mundial de la importancia del respeto y la tolerancia, seguimos en ello....